Reunion Vulturi (Solo Vulturis)

Me habia quedado demasiado callada solo esperando un buen momento para hablar anque las cosas estaban pasando muy rapido, asi que decidi esperar, al echuchar lo que el señor Aro dijo acerca de los florences asi que decidi decirle mi pequeño encuentro con uno.
-Señor Aro en mi ultima salida a Inglaterra me tope con un Florence si no mal recuerdo era Stefan uno de sus lideres- le dije y me detuve por un momento recordandolo.

estaba sentado en mi trono escuchando todo lo que hablaban, mis hermanos y las damas, escuche a aro y mire a marco su conversación se estaba volviendo un poco subida de tono asi que le dije a mis hermanos- marco, aro por que no hablamos ese tema en privado los 4, esto no le concierne a la guardia.- levante mi cuerpo del trono para esperar la reaccion de los de mis hermanos.- la reunion a concluido no crees aro.

Suspire y con tono enojado, ya con rabia hablé.
-¡¿Cómo se les cruza por la cabeza la idea de ganar si no se pueden llevar minimamente bien entre ustedes?! Son hermanos, actúen como tales, den el ejemplo. Su guardia necesita de ustedes para que los guíen, pero al parecer ustedes no se ubican en el mapa.
En realidad me había metido en un terreno peligroso, ya que o era de mi incumbencia, pero debía decir algo o la guardia se iba por el desagüe.

La escena que se estaba dando, realmente daba a pensar que las cosas iban mal y se pondrian peor, solo esperaba que no, sino todo lo que se aproximaba seria una lucha perdida, oi a mi maestro aro, al menos decia las cosas con logica, solo habria que esperara cuando nos dieran el lan que se llevaria acabo, cayo tambien tenia razon, era meor marcharse habian asusntos que debian arreglar ellos- bueno con su permiso maestros, me retiro- hice mi reverencia y sali de alli

me empece a dirigir a la entrada y mire a hizaki realmente ella me daba lastima como puede estar, con ese ser tan macabro- hizaki... si necesitas un consejo o algo me puedes buscar a mi o a aro- le bese la mano y me fui con mi esposa pero antes de irnos - vuelvan, a sus deberes por que el espectáculo termino- me fui del lugar.

Escuche lo que el señor Cayo menciono y solamente me dedique a sentir y de inmediato sali de la sala para seguir con mis deberes, lo que decia era verdad este pequeño imprevisto ya habia terminado asi que no teniamos nada que hacer aqui.

Por un momento pensé que nadie ponía empeño en entender, que a todos les daba igual si la guardia se disolvía o no. Y la verdad, ellos no tenían nada que perder, pero nosotros, la realeza, sí.
Me dirigí a la salida sin mirar a nadie, tomando el brazo de mi marido, con expresión irrelevante.